Controversias Siqueiros y Rivera

Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros -en la imagen de Rodrigo Moya- fueron de izquierda. Y como hombres de izquierda se confrontaron a partir de sus diferencias ideológicas -uno acogió a Trotsky, otro lo persiguió-, a lo cual se sumó su perenne rivalidad como soles del universo muralístico mexican
Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros -en la imagen de Rodrigo Moya- fueron de izquierda. Y como hombres de izquierda se confrontaron a partir de sus diferencias ideológicas -uno acogió a Trotsky, otro lo persiguió-, a lo cual se sumó su perenne rivalidad como soles del universo muralístico mexicano

Los tres más grandes exponentes del muralismo mexicano fueron José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera, quienes tuvieron influencias marxistas y quienes fueron parte  del movimiento comunista en México, en este caso expondremos las controversias de dos grandes muralistas que son David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera, quienes eran hombres de izquierda, ambos provenían de lugares diferentes y con experiencias únicas que definieron el estilo en su pintura mural.

siqueiros
David Alfaro Siqueiros

En el caso de la obra de Siqueiros es una fusión entre la experimentación plástica y el compromiso político, el desarrolla su técnica en tiempos vanguardistas pero no se deja llevar por esta, mas bien el intenta equilibrar esta tendencia y relacionarlo con los social, por lo cual no intenta copiar las tendencias vanguardistas sino de crear la suya, al integrar nuevas técnicas plásticas donde pueda incorporar al público como parte del sentido y movimiento  de la obra.

rivera
Diego Rivera

En el caso de Diego Rivera influenciado por la cultura europea refleja en algunas de sus obras técnicas como el cubismo, pero cuando regresa a México se centra en la realidad de su país y  su visión estética fue plenamente revolucionaria y latinoamericana, dando así un proceso de transformación en su estética que sufre su obra y su persona, este cambio lo menciona Florence Arquin al citar las palabras que Rivera pronuncio en 1943: “Dejé de pintar a la manera cubista debido a la guerra, a la Revolución rusa y a mi creencia en la necesidad de crear un arte social y popular. El arte debía tener una función, estar relacionado con el mundo y con los tiempos, y tenía que ayudar a las masas a lograr una mejor organización social”.[1]

La dualidad se ve refleja dado que Siqueiros es un hombre practico y universal, al ser soldado, pintor, activista político y teórico, y quien posteriormente se afiliaría al comunismo mexicano, en el caso de Rivera su estancia en Europa hizo de el un hombre mas profesional en el arte, quien posteriormente se afiliaría al trotskismo.

El conflicto entre Rivera y Siqueiros respecto al arte constituye la dificultad de interpretar y aplicar la estética marxista ,por un lado Siqueiros y su lado militante, ve en el arte el medio para expresar y proyectar la representación social como un medio de propaganda, y por el otro Rivera sabe separar lo político con la estética.

Mexico, derecha
La Historia de Mexico: de la conquista al futuro (1929-1935) Diego Rivera, Palacio Nacional de la Ciudad de México

En el artículo “El camino contrarrevolucionario de Rivera, originalmente publicado en Nueva York el 29 de mayo de 1934 en la revista New Masses,” Siqueiros expone críticas que desprestigian la imagen de Rivera, siendo esto el punto de partida de dicho conflicto como crítica hacia Rivera, cabe mencionar que dichas críticas fueron realizados cuando Rivera ya tenía varias obras realizadas y bien reconocidas, en cuanto a Siqueiros solo contaba con unas cuantas, aún más, Siqueiros manifiesta una postura stalinista y Rivera una trotskista.

La estética marxista por parte de Rivera y Siqueiros expresa un problema de interpretación, y sitúa al muralismo mexicano en el centro del debate teórico, al no tener una postura especifica en el arte fueron las visiones estético-políticas que predominaron, es decir en vez que la teoría liderara la función del arte era la obra misma, fue el activismo que hicieran las discusiones teóricas sobre esa función, conociendo así el gran debate respecto a la estética marxista donde el arte cumplió una función política.

mural-diego-rivero
La Historia de México: el mercado de Tlatelolco  (1945) Diego Rivera, Palacio Nacional de la Ciudad de México.

Las aportaciones como contraste:

Los aportes hechos por Diego Rivera a la secretaria de educación pública fueron simbólicas, al realizar murales entre 1923-1928 desplegando así un arte social, abierto, político, histórico, universal y profundamente mexicano, Rivera logra tener comisiones importantes y se posicionaba como un artista nacional, al contrario de Siqueiros que se va quedando atrás ya que no lograba desarrollarse plenamente como artista, y solo concebía su labor artística como instrumento de la revolución con contenido político– marxista. Aunque he de decir que ambos se interesan por el valor de la historia y su contenido social, fueron sus conocimientos y experiencias que les dieron diferentes maneras de reflejar sus ideas.

Uno de los aportes y gran obra reconocida de Siqueiros fue del porfirismo a la revolución, este mural está constituido por nueve paneles cuyos ángulos quedan virtualmente fusionados, ya que Siqueiros crea una continuidad visual para pasar de un panel a otro, el título del mural ya nos indica que se trata de un proceso histórico de transición político-social.

Por otro lado, más allá de la clara intención de denuncia política que tiene el mural, podemos ver logros estéticos resaltantes, pues las escenas están definidas a través de varias propuestas estéticas: profundidad de campo, perspectiva, intensidad en el uso de colores para crear un tono dramático y el uso de formas abstractas para generar ideas y emociones.

del-porfiriato-a-la-revolucion
Del porfirismo a la revolución de David Alfaro Siqueiros. Se puede ver a Porfirio Díaz sentado en una silla pisando con un pie la constitución de 1857.

 

Referencias:

[1] Arquin, Florence, Diego Rivera: The Shaping of an Artist, 1889-1921, p. 86.

Jaimes Hector, (2012) Filosofía del muralismo mexicano: Orozco, Rivera y Siqueiros, Plaza y Valdés editores, Madrid, pp. 50-62

 

Realizado: Leticia Flores García

Deja un comentario